Todos los dias de cierran bares en mi ciudad, no solo los de musica en directo, sino tambien los tradicionales bares de esquina que tanto nos gustan a mi primo Joaquin y a mi. Es muy triste ver como en su lugar se abren otros nuevos, generalmente horrendos, “post-modernos”. Pero es mas triste y mas doloroso cuando le cierran a uno el ultimo bar, el de la ultima cita del destino. No era un local bonito ni acogedor, ni tenia un servicio esmerado, pero estaba en una calle que aun recordaba los amores de Nelson y de Lady Hamilton. Alli conoci a mi Vivien Leight particular,la de “El Puente de Waterloo”, la de “Un tranvia llamado deseo”. El viejo bar estaba frente al primer rascacielos que tuvimos en Barcelona, con un cine elegante, peque?o ,casi circular, que se llamo Atlanta, nombre del Sur, de “Lo que el viento se llevo ”, con Vivien Leight, otra vez, cuando ella era Scarlett O'Hara. La conoci una tarde de Junio, sentada en un alto taburete, casi a la entrada. Sonreia, dichosa . Sonreia al aire, a la luz de mi ciudad, solo porque era joven, solo porque era hermosa. Me dijo que se llamaba Maria del Mar: senti su nombre dentro de mi, como una ola feliz, en una playa rubia y deseada. Siempre que volvia al viejo bar el camarero de entonces me preguntaba: “?Un Jack Daniels sin hielo?”. “Si”. Siempre como el primer dia. En la despedida brinde por ella, solo con lo ojos: contemplaba, por ultima vez, el espacio, el aire que habia ocupado su joven belleza. Era Diciembre, pero aun sentia su natural y reflexiva alegria, la misma de aquella tarde de Junio, de Mar -casi verano- de encuentro inesperado, que no ha terminado todavia. Como en las baladas antiguas, lo mismo que en el final de los cafes tristes, la melodia aun sigue en el aire cuando la danza cesa y se cierran las puertas.
Posted by jorgepalom
at 6:45 PM MEST
Updated: Monday, 13 June 2005 7:44 PM MEST